Como lema y eje director de su campaña “Nos unen los valores de la izquierda”, José Manuel Franco está articulando un proyecto de integración sin familias para el socialismo madrileño. En esencia, está trasladando en Madrid lo mismo que le llevó a Pedro Sánchez a revolucionar el partido y a movilizar a los militantes, implicando unidad de acción para llegar a concluir que somos el único instrumento para que muchos madrileños solucionen sus problemas. Si lo conseguimos, habremos dado un paso de gigante y estaremos en condiciones de gobernar en la Comunidad y en ayuntamientos en los que ahora no lo hacemos.
En las próximas semanas, los socialistas madrileños cerraremos un tiempo en el que hemos estado inmersos siendo el período orgánico con mayor inestabilidad prolongada desde aquel fatídico 10 de junio de 2003, cuando se catapultó al PP de la Virreina Aguirre gracias a la traición del “Tamayazo”. Sin duda, algunos pensaron y pensarán que estábamos viviendo el fin agónico del socialismos madrileño, pues nada más lejos de la realidad habiendo un antes y un después una vez concluido el 39º Congreso Federal que abre una nueva etapa en los diferentes territorios, cambiando el partido reformista que desde el “centro-izquierda” conquistó una mayoría social por una formación que pretende ser nítidamente “de izquierdas”, suponiendo esto, una ruptura evidente con el pasado más reciente optando por dar un giro a la izquierda para intentar atajar la sangría de votos que ha sufrido el PSOE tras la fuerte irrupción de otras fuerzas políticas.
Estas consecuencias y, dejando aparcado, el daño que han causado algunos dirigentes territoriales (también de Madrid) con el intento de defenestrar antidemocráticamente al secretario general, me reafirman en la idea que la persona indicada para tomar el pulso del socialismo madrileño, fijar el rumbo en un momento en el cual España y Madrid viven diversidad de cambios, obtener la radiografía nítida de nuestra organización, encauzar la deriva que debemos seguir y gestionar todo ello de manera certera, no es otro, que el compañero José Manuel Franco. Principalmente, porque sabe quiénes fuimos y, sobre todo, porque sabe quién y qué quiere que sigamos siendo, daré mi aval y voto a José Manuel Franco en las próximas primarias y lo haré con ilusión, con ganas y con mucha energía. Demasiado tiempo se nos ha estado utilizando a los militantes, demasiado tiempo se ha usado a la militancia como escudo humano. Yo también soy militante y digo un rotundo SÍ a José Manuel Franco como secretario general de mi partido en Madrid.
Es un SÍ y apoyo incondicional, porque en muy poco tiempo ha sabido engranar las necesidades y demandas sociales y las desazones de la propia militancia, demostrando que su proyecto debe llegar de forma directa sin intermediario alguno y, siendo la unión, el valor que pretende representar, teniendo en consideración que todos los que se sumen independientemente de las opciones que hayan mantenido en otros procesos, deberán compartir un proyecto desde la lealtad, sin cuotas ni concesiones previas. Todo ello, con el objetivo de “hacer partido” y colocarlo en una situación idónea para que sea creíble, coherente con sus planteamientos y que los ciudadanos que están esperando conocer nuestras propuestas vuelvan a confiar en nosotros, recuperando a muchos votantes que nos han abandonado debido a una cierta indefinición ideológica. Además, le honra su humildad y pone en valor su calidad humana, cuando afirma que tenemos el mejor de los candidatos posibles para las elecciones autonómicas en la persona de Ángel Gabilondo, dejando claro, que su objetivo es dedicar la mayor parte de sus energías a solucionar los problemas orgánicos y colocar al PSOE de Madrid en situación de partido ganador.
Lo anteriormente expuesto, son algunos motivos que me llevan a pensar que José Manuel Franco es la persona idónea para ser nuestro Secretario General. Me gusta porque representa los valores de la izquierda, porque no usa a los militantes como arma arrojadiza, sino que se apoya en nosotros para así construir un proyecto colectivo, porque su discurso es pedagógico y cargado de valores, porque usa la palabra unión, no división, porque ha demostrado capacidad y entrega en momentos difíciles, porque han enmarcado su proyecto en ideas a las que no se puede renunciar como militante.
Algunos, siguen pensando desde la “mesa camilla y el brasero” dejando a un lado el pensamiento abierto de un proyecto serio y creíble que nos hará ganar Madrid. La irrupción de José Manuel Franco en el nuevo proceso de primarias está sirviendo para que la militancia veamos que es posible un partido nuevo, regenerado, democrático y mirando a la izquierda. Un partido con menos aparato y con más militancia; un partido sin “tutelas” y con dirigentes responsables y entregados, que no se escudan en redes clientelares para fines poco legítimos y que no conviertan el ejercicio político en una “profesión”. En definitiva, le toca hablar nuevamente a la militancia, no será la última, todavía quedan procesos por determinar y, ahora más que nunca, sigue en vigor el lema de; “Si continúan en esta actitud de indignidad entre lo que dicen y lo que hacen, terminarán de comprobar lo que pensamos los militantes y posteriormente los votantes”.
Bienvenidos al proyecto de la militancia, tiempos de sumar.
Óscar DÍAZ GARCÍA.